viernes, 24 de septiembre de 2010

De nuevo, el laberinto


Lo echo de menos. Lo echo mucho de menos.

Sentarme delante de una página en blanco. Inspirar. Entornar los ojos. Fruncir el ceño. Apretar los labios. Señales para llamar a las musas....a la inspiración.. a los recuerdos... a los olvidos... a los sueños...a las vivencias..a los deseos..a los miedos... a las dudas... a las certezas.

Que todos vengan, que vengan todos danzando hasta posarse sobre el blanco, tiñéndolo de negro. Negro sobre blanco, explicando los vacíos. Blanco absorbiendo el negro, dándole sentido, dándome sentido.  

Que vuelvan todos - sueños, miedos, dudas, olvidos y deseos- al laberinto, que caminen sus veredas, que se pierdan en sus encrucijadas, que den la vuelta, que vuelvan a empezar y vuelvan a perderse. Y así hasta el infinito. Que no vuelvan a escaparse las palabras del laberinto.

Lo echo de menos. Lo echo mucho de menos.